Las Coplas lamentan la muerte de padre del autor,
remontándose desde la muerte como tema general a los ejemplos de muertes
ilustres y finalmente a la muerte del personaje. El poeta, sin romper la unidad
de tono, filosofa sobre la inestabilidad de la fortuna, la fugacidad del
tiempo, las ilusiones humanas y el poder igualatorio de la muerte a lo largo de
cuarenta estrofas llamadas coplas de pie quebrado o sextillas manriqueñas; cada
una de ellas es una sextilla doble y tiene, por tanto, doce versos, de los que
son octosílabos el primero, segundo, cuarto y quinto y tetrasílabos tercero y
sexto; los tetrasílabos pueden ser en apariencia pentasílabos algunas veces,
pero es cuando el verso anterior termina en aguda, por la métrica ley de
compensación.
Se ensalza la figura del fallecido, junto con ataques más o
menos directos a quienes han sido, de una forma u otra, enemigos del padre o de
la familia Manrique. Así, personajes como don Álvaro de Luna, quien tantas
desdichas trajo a esta familia, aparecen en situaciones poco ventajosas —este
personaje aparece muerto—. Lo mismo ocurre con la forma en la que es tratado el
cambio social que se está sufriendo en España en esa época, donde se está
produciendo un cambio entre dos mundos completamente diferentes, el mundo feudal
(característico de la Edad Media, con sus tres estamentos bien delimitados)
está dejando paso al mundo renacentista (Edad Moderna), en el que surgirá una
nueva clase social –la burguesía-, y en el que los tres estamentos anteriores
ya no serán tan impermeables, sino que la posición de una persona puede verse
alterada según el dinero que posea. El poema se compone de 40 coplas escritas
en octosílabos con versos de pie quebrado, bajo la forma de doble sextilla de
tercetos simétricos, en los que a dos octosílabos sigue un verso corto (el pie
quebrado) que puede ser tetrasílabo, o pentasílabo si es posible hacer sinalefa
con el verso anterior o este finaliza en sílaba aguda. La doble sextilla
manriqueña presenta la siguiente disposición de las rimas: abc: abc-def: def.
Se pueden distinguir
tres partes:
1ª parte(coplas I-XIV): (sobre la muerte) La primera parte,
compuesta por las primeras catorce coplas, se caracteriza por la reflexión y
las metáforas de la vida y de la muerte, siguiendo la idea de San Agustín,
fruto de su interpretación de las ideas platónicas, de que esta vida está para
usarla como medio para la ascensión al cielo, y no para disfrutarla, así como
por el uso de un “yo poético” en primera persona del plural que pretende
inculcarnos y hacer sentir como nuestras las ideas que en el poema aparecen.
2ª parte (coplas
XV-XXIV): (sobre la
gente que ya ha muerto, que ha pasado por este trance) Se emplea la
interrogación retórica del ubisunt( se usa para preguntar por personalidades y
bienes ya desaparecidos.) («¿dónde están?», tópico medieval que caracteriza la
segunda parte de las Coplas) con mucha frecuencia, siempre en forma de pregunta
retórica («¿qué se hicieron?», «¿cuál se para?»), y usualmente tras largas
enumeraciones, para mostrar que todas las cosas de este mundo son, al final,
perecederas, como la propia vida terrenal. Por último, una característica
interesante es que, como pretexto para concretar sus ideas, ajusta cuentas con
los enemigos del padre, empleándolos como ejemplos de lo que no debe hacerse.
3ª parte (coplas
XXV-XL): (sobre su
padre) Es la parte de las Coplas que consiste en la elegía propiamente dicha, y
donde por primera vez aparece el padre, del que hasta entonces no habíamos oído
hablar. Si antes aplicaba a ejemplos de la historia reciente las cuestiones
generales propuestas en la primera parte, ahora las va a concretar en Rodrigo
de Manrique, alabando cómo en todo momento cumplió con lo que se nos ha dicho
que “debe hacerse” en las dos partes anteriores del poema. Dentro de esta
tercera parte, podemos hacer una segunda división:
·Parte primera: De la copla XXV a la
XXXIII. Consiste en un retrato de la vida del padre. El “yo poético” pasa a ser
genérico. En estas coplas se ensalza al padre y a sus virtudes, haciendo
hincapié en el hecho de que cumplió como el que más con los deberes del
estamento al que pertenecía (nobleza) para tener derecho a la vida eterna.
Estos deberes consistían en la lucha contra el infiel. Un hecho curioso de esta
parte es que su última copla, la treinta y tres, acaba
con una coma, no un punto.
·Parte segunda: Abarca desde la copla
XXXIV hasta la última, la XL. Podría catalogarse como una suerte de obrita
teatral, ya que Manrique cede el “yo poético” a diversos hablantes, la Muerte
(que ensalzará al padre, para que las alabanzas a éste no sean siempre puestas
en boca de Manrique), o su padre mismo. Nos muestra cómo Rodrigo de Manrique
cumple con su deber de “morir bien”, y no oponerse a los designios divinos.
Otra característica importantísima es la aparición de una “tercera vida”, la
fama, idea fundamentalmente renacentista.
TRABAJO REALIZADO POR FELIPE MARTÍNEZ FRUGONI
TRABAJO REALIZADO POR FELIPE MARTÍNEZ FRUGONI
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.